Hernán Piquín baila e interpreta los temas del líder de Queen en un recorrido por los momentos más destacados de su vida.
La voz y la música de Freddie Mercury y lo que mejor sabe hacer Hernán Piquín: bailar. Esa es la propuesta de Freddie, el musical que recrea la vida del líder de Queen. Las únicas palabras que va a escuchar quien vea la obra serán las del músico alrededor del cual gira todo. Si había incertidumbre con respecto a quién iba a interpretar los temas y uno se preguntaba, "¿Piquín canta?", la respuesta es no. Interpreta con todo su cuerpo los temas de Freddie que van hilando su vida. Lo acompañan Cecilia Figaredo, Lucila Alves y un cuerpo de baile que se adapta a situaciones de lo más variadas. Además, Anita Martínez, que ocupa el rol de la madre del protagonista.
Con un video con imágenes de diarios y programas de televisión del día de la muerte de la estrella, y al son de Show must go on, arrancó la obra. Detrás de los velos en los que se proyectaban las imágenes, se dejó ver un funeral. Un cuerpo, personas de negro, una tela blanca, un rosa roja.
Cambio de tema. You take my breath away. Piquín empieza a mostrar su arte. Solo, se luce en el escenario y mira hacia un nuevo fondo con una nueva imagen. La separación de su madre. La ve y las emociones pasan por su cuerpo. Después, el viaje a Bombay, y un ballet que revela que los temas de Queen pueden adaptarse a cualquier situación. Trajes orientales, con una escena de un puerto detrás, bailando al ritmo de Living on my own lo demuestran.
En la escena siguiente, Piquín baila junto con Cecilia Figaredo, que interpreta a su mujer. Juntos se lucen con Love of my life.
“Thank you very much for coming and I love you”, dice una voz. Es la de Freddie. El sonido de un recital en vivo es el pie para We will rock you, donde ya aparece el personaje que pasó a la historia. El Freddie de chaqueta amarilla con botones. El de los escenarios.
Los camarines, las mujeres, los hombres, el sexo, los excesos. Todo se ve en las siguientes escenas. Quizás las de más alto voltaje, las musicalizadas por One year of love, en la que Piquín baila y se pierde, románticamente, con otro bailarín, y Love kills, en la que Cecilia Figaredo resalta y se enreda con un ballet de hombres y mujeres semi desnudos. Uno de los cuadros más aplaudidos. Un ballet enfundado en cuero se luce con Don´t stop me now, al que se agrega Piquín para cerrar el cuadro.
Bohemian Rapsody, Too much love will kill you, Killer queen se van sucediendo, con una muy buena selección de escenas para cada tema. Los escenarios a lo largo del mundo y el reconocimiento se ponen de manifiesto. Más tarde llega el momento de gloria total con Radio gaga, en el que aparece el Freddie de traje blanco y capa, el rey del mundo. Después, el peor momento. El ídolo ya en una cama, cuidado por su madre. Una despedida, un baile, y el final.
Con una escena muy bien lograda, en la que el humo cubre el escenario y los bailarines van surgiendo por debajo de él, llega el cierre, de la mano de We are the champions. Un Freddie imponente, que sale de una tarima y se eleva, vestido de rey, de espaldas, completa el cuadro. El ballet lo rodea.
El fanático de Queen, que seguramente no pudo aguantarse y cantó todas las canciones, probablemente se haya quedado con ganas de escuchar más temas. Por eso el saludo se hace con esos que no pudieron entrar y también son emblemáticos: I want to break free y Another one bites the dust.
Cuando se están por cumplir 20 años de la muerte del músico, Piquín logró homenajearlo y sentir su vida a través de sus canciones. Y con su baile despertó todo tipo de emociones...
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