"Bocca hizo llegar el ballet al pueblo"
El bailarín Hernán Piquín presenta hoy en Cosquín el filme “Aniceto”, en el que actuó bajo las órdenes de Leonardo Favio.
Por Gonzalo Toledo
Con 35 años, el bailarín Hernán Piquín dio un salto al cine de la mano de Leonardo Favio, quien lo llamó para el protagónico de Aniceto, la película que abre hoy el ciclo de cine de la plaza Próspero Molina de Cosquín. La función será las 22, y la entrada cuesta 3 pesos (sí sí, 3 pesos). El encuentro, que es organizado por el Incaa (Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales), continuará mañana y el domingo, con los filmes El ratón Pérez 2 y Un novio para mi mujer.
A su arribo a Córdoba en la tarde de ayer, conversamos con Piquín, que hoy estará apoyando la proyección del filme de Favio, director que volvió a convocar al bailarín para una nueva película.
–¿Cómo fue pasar a la pantalla grande con Leonardo Favio?
–La verdad es que fue una alegría y una sorpresa que Leonardo Favio me llamara para hacer un protagónico, para ser Aniceto. Hay un antes y un después de haber trabajado con Favio. La verdad que fue genial, sé de la cantidad de actores que quieren trabajar con Favio y, de repente... me llaman a mí, un bailarín, y sin tener que hacer ninguna audición ni ningún casting.
–¿Y cómo te fue con la actuación, teniendo en cuenta que tu oficio es otro?
–Lo sentí muy fácil. No me sentí para nada presionado, Leonardo me dejó crear el personaje, él me iba tirando pautas pero me dejó totalmente libre en el trabajo de crear el personaje. Fue una experiencia genial.
–Estás en un espectáculo con la fundación Julio Bocca.
–Sí. Estuvimos bailando en los jardines municipales de Carlos Paz, con Eleonora Cassano. Ahora seguimos de gira, y cuando vuelva de Cosquín nos vamos para la Costa, por Villa Gesell y Mar del Plata. Luego vamos a Europa y Estados Unidos.
–¿Te sirve llevar tu arte a lugares como los jardines de Carlos Paz, por ejemplo?
–Sí, sí. Es importante llevar el arte al pueblo. Es importantísimo que todos tengan la posibilidad de ver y de disfrutar, cuando no tienen la posibilidad de pagar una entrada. Estas son oportunidades de acercar al arte al público.
–¿Cómo lo vivís vos, internamente?
–Lo vivo intensamente. Me encanta bailar al aire libre. Es otra energía la que se mueve, de verdad que me gusta muchísimo. El público es diferente y su energía también. La gente que está en un teatro está no tan eufórica como la que te va a ver mi espectáculo al aire libre.
–Este tipo de espectáculos ratifican esa sensación de que en la Argentina el ballet es bastante popular, que todos están muy atentos a las figuras.
–Totalmente. Creo que eso se lo debemos agradecer a Julio Bocca que hizo posible que el ballet esté en el pueblo, que esté tanto como en un teatro, en una sala o al aire libre, en un parque o en jardín.
–¿Hasta qué edad se puede bailar?
–Hasta los 40, un bailarín está perfecto. Todo depende de cómo está el físico, si está muy gastado por los años de carrera, si tuvo muchas lesiones, o si tuvo muchas operaciones. De eso depende muchísimo la cantidad de años de carrera.
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